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viernes, 6 de mayo de 2016

EL ESPIRITU SANTO, SU DEIDAD Y SU PERSONALIDAD

LA PERSONALIDAD Y LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO

Para saber si el Espíritu Santo es una persona se hace necesario examinar si cumple con las condiciones básicas que hacen de un ser una persona. Las tres cualidades básicas de la personalidad son: La capacidad de razonar, la capacidad de experimentar emociones y la capacidad de decisión.

La razón. El Espíritu Santo posee razón (Romanos 8:27; 1ª 2:10-11).

Las emociones. El Espíritu Santo posee sensibilidad y es capaz de experimentar emociones (Isaías 63:10; Romanos 15:30, Efesios 4:30).

La voluntad. El Espíritu Santo es capaz de tomar decisiones por sí solo (1ª Corintios 12:11)

Si El Espíritu Santo reúne las cualidades de la personalidad, concluimos que  él es una persona (Jn. 14:16-17).

Las acciones que la Biblia atribuye al Espíritu Santo pueden ser ejecutadas tan sólo por una persona. Se nos dice que el Espíritu habla (Hechos 8:29; Ap. 2:7), enseña (Jn. 14:26), reprueba (Jn. 16:8), elige (Hechos 13:2, 16:6-7, 20:28), testifica (Jn. 15:26), guía (Romanos 8:14; Gálatas 5:18), escudriña (1ª Corintios 2:10) e intercede (Romano 8:26).

Habiendo demostrado que el Espíritu Santo es una persona, queda pendiente  el asunto de su divinidad. en cuanto a esto hay suficiente evidencia como para concluir que él es Dios.

El Espíritu Santo es declarado Dios en el Antiguo Testamento. Compárese Isaías 6:8-10 con Hechos 28:25-27. Jeremías 31:33-34 con Hebreos 10:15-17.

El Espíritu Santo es declarado Dios en el Nuevo Testamento (Hechos 5:3-4; 2ª Corintios 3:17).

Es Espíritu Santo es declarado Dios en razón de sus atributos. El es omnipresente (Salmo 139:7-10). El es omnisciente (1ª Corintios 2:10-11). El es eterno (hechos 9:14).


Concluimos, pues, que el Espíritu Santo es una persona divina.