“RUFO, UN HOMBRE ESCOGIDO POR EL SEÑOR”
Romanos 16:13
Saludad a
Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía.
PROPOSITO:
Mostrar la importancia de ser
varones confiables.
INTRODUCCION:
Hermano varones, ¿a cuántos de ustedes les
pasó en su infancia, que al estar organizando un partido de futbol, o
basquetbol, o beisbol, o incluso, haciendo equipos para algún otro juego, no
los elegían, sino hasta el final?
Muchos de nosotros tal vez pasamos por
eso, o quizá fuimos testigos de una discriminación semejante. Lo interesante
del caso, es que dichas elecciones pasan en todos los ámbitos de la vida.
Se elige el mejor empleo, se elige al
mejor empleado, se elige la mejor casa, se elige al mejor inquilino, se elige a
un diputado, a un presidente, se elige el mejor platillo, se elige el mejor
vestido, la mejor camisa, la mejor corbata, la mejor escuela, etc., Siempre
estamos eligiendo. ¿Por qué? Porque queremos lo mejor.
Queremos al jugador más fuerte, rápido y
efectivo. Elegimos al mejor obrero para que sea parte de nuestra empresa y
logremos los rendimientos deseados en nuestra inversión. Siempre buscamos lo
mejor en base a ciertos aspectos, o características, o capacidades, o
cualidades que tenga determinada persona, o medio, o cosa, para lograr el éxito
o el beneficio deseado. Pero, ¿cómo se considera usted? Sobre todo, como varón
cristiano, ¿es usted confiable? En Romanos 16:13 leemos de Rufo, un varón
cristiano, de quien Pablo dice que fue “escogido en el Señor”.
I.
¿POR QUÉ
ES ESCOGIDO?
A. La
palabra “escogido”, es traducción del adjetivo griego “EKLÉKTOS”, el cual,
significa “elegido”, “sobresaliente”, “precioso”, “favorito”.
B. Rufo
era escogido, sobresaliente, precioso, favorito “en el Señor”, es decir, en lo
que refiere al ámbito cristiano.
C. Para
llegar a ser “escogido”, “elegido”, “sobresaliente”, etc., son necesarias ciertas
características que Rufo hizo bien en cultivar.
1. Era un hermano “confiable”.
a. Era conocido por su “integridad”, pues
siempre hacía lo correcto, sin importar las complicaciones duras o difíciles
que estuviesen implicadas en ello.
b. Era conocido por su “responsabilidad”,
pues siempre cumplía con sus deberes. Si el varón cristiano tiene deberes que
cumplir, Rufo los cumplió.
c. Era conocido por su “honestidad”, pues
siempre era sincero, abierto, y siempre daba la cara. Nunca mentía, ni mucho
menos se inmiscuía en algún tipo de fraude, o transas, o estafas.
d. Probablemente era hijo de Simon de Cirene,
quien le ayudara a cargar la cruz a Jesus (21Y cargaron á uno que pasaba, Simón Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo,
que venía del campo, para que llevase su cruz.)
e. Era conocido por su “lealtad”, a la verdad,
a la justicia, al Señor, a hermanos fieles. Nunca se comprometía con lo falso,
con lo injusto, con cualquier especie de acción contraria a Dios.
f. Todas estas cualidades hacen a una
persona confiable, y por ende, digna de respeto, y de nuestra confianza.
g. En la iglesia los varones tienen responsabilidades
muy importantes que Dios les ha dado; sin embargo, Dios y la iglesia siempre
estarán listos para escoger, o elegir varones confiables. Rufo fue uno de
ellos.
2. ERA UN HERMANO RESPETUOSO.
a. Trataba a los demás, como querían que
los demás lo trataran a él. ¿A usted le gusta que le traten mal? A nadie nos
gusta, pero, ¿cómo tratamos a otros?
b. Era un hermano “cortés y educado”, es
decir, que tenía cuidado de escuchar lo que otros tenían que decir. Era educado
porque no insultaba a los demás, ni se burlaba de ellos, ni les ponía apodos.
c. Era un hermano que para emitir un
juicio sobre otro, primero se ocupaba en conocerlo. Vaya con Rufo y cuéntele
algo negativo de alguien, y no se formará una opinión hasta que corrobore lo
que usted le ha dicho.
II. ¿SOMOS ELEGIBLES, COMO RUFO?
A. Cuando
niños, nos dejaban al último por ser muy lentos, o muy pesados, o muy chaparros,
o muy distraídos, y nuestros compañeros de juego sufrían mucho por nuestras
debilidades. Tal vez el quipo perdía por nuestra culpa. No le pegábamos a la
pelota, no deteníamos el balón en la portería, no alcanzábamos a ninguno de
nuestros rivales, o siempre lanzábamos el balón para todos lados, menos al aro
para anotar puntos.
B. ¿Por qué no somos hermanos escogidos en
la iglesia?
1. ¿Por qué no podemos ser considerados
para ser diáconos?
2. ¿Por qué no podemos ser considerados
para ser ancianos?
3. ¿Por qué no podemos ser considerados
para ser evangelistas, o maestros? ¿Por qué la iglesia sufre cuando saben que
nos toca el sermón?
a. Tal vez no somos confiables.
b. Tal vez no somos íntegros,
responsables, honestos, leales.
c. Tal vez somos varones inestables, indoctos,
perezosos, o indiferentes.
C. Cuando niños, no podíamos hacer muchos
por nuestras debilidades, pues un pequeño de estatura, nunca podría, por más
que se afanase, en crecer un poco para ser de los favoritos en el juego. Los hermanos
que sufren alguna discapacidad física, o alguna enfermedad no 3 pueden hacer
mucho tampoco para lograr hacer aquello que tienen el deseo de hacer. Tal vez
un hermano que es mudo, sienta el deseo y la pasión por predicar en el púlpito,
pero, tristemente no puede hacerlo.
III.
SEAMOS ESCOGIDOS, COMO RUFO.
A. Si usted se ha dado cuenta que los zapatos de Rufo le quedan muy
grandes, aun así es posible hacer algo para cambiar dicha situación.
B. ¿Cómo? Necesitamos “cultivar”.
1. La
palabra “cultivar” tiene varias acepciones:
a. En la agricultura, es trabajar la
tierra para obtener productos agrícolas con mayor rendimiento del que dan naturalmente.
b. En Biología, es desarrollar microorganismos
en un medio adecuado para su reproducción. c. En sociología, es hacer lo propio
con las relaciones sociales, y este es el aspecto que nos interesa.
2. Cultivemos cualidades que nos conviertan en personas confiables, y
por ende, elegibles como varones fieles y de confianza en el Señor, ¿cómo?
a. Hay que educarnos. No solamente en lo
secular, sino también en lo espiritual. Tenemos una fuente inagotable de enseñanza
en la Palabra de Dios que hará de nosotros mejores personas.
b. Hay que mejorar. Sí, ya hemos cometido
muchos errores por los cuales se nos cataloga como varones irresponsables,
inmaduros o incultos. Usemos esas caídas para aprender a caminar correctamente.
c. Trabaje en su persona y en su personalidad.
Algunos de ustedes están haciendo cambios muy positivos (Venía a las reuniones
de la iglesia informalmente vestido, llegaban tarde, no estudiaban la Biblia),
hay que seguir avanzando y creciendo.
IV.
CONCLUSIÓN:
Rufo era un varón “escogido en el Señor”,
es decir, era un varón cristiano confiable.
Su conducta y obra eran excelentes, de tal
modo que era una bendición estar con él, vivir con él, y desde luego, servir al
Señor con él.
Hoy hemos aprendido ciertas cualidades que
sin duda alguna él cultivo para lograr tal excelencia. Si él pudo, ¿no podremos
nosotros? No, no necesitamos llevar su nombre para ser como él, pero sí es
necesario seguir su esforzado ejemplo, y lograr ser confiable, y escogidos en
el Señor.