BLAISE PASCAL: UN
FILÓSOFO Y CIENTIFICO CRISTIANO
"Hay camino
que al hombre le parece derecho,
Pero al final es
camino de muerte."
Proverbios
16:25
Su legado científico
Blaise
Pascal (1623-1662) fue un científico francés, recordado como un prodigio matemático,
físico, inventor, escritor, y filósofo
cristiano.
Pascal
recibió su educación en el hogar, por parte de su padre, Etienne Pascal, quien era conocido por su interés por la
ciencia. A la tierna edad de once años, Pascal llamó la atención con sus habilidades
matemáticas expresadas al realizar una nota sobre los sonidos de cuerpos
vibrantes.
Pascal
comenzó a hacer contribuciones que cambiarían el rumbo de las ciencias
matemáticas, a la temprana edad 16 años, cuando escribió un pequeño titulado
"Essai pour les coniques" (""Ensayo sobre las
cónicas") (1939-1940), en el que desarrolló un procedimiento binomial de
la geometría proyectiva, que tituló el "hexagrama místico", hoy en
día mejor conocido como el "Teorema de Pascal". René Descartes consideró este ensayo tan
brillante que apenas podía creer que hubiera escrito por alguien tan joven, y
animó su compatriota a seguir estudiando la geometría y las cónicas.
A los
19 años, Pascal inventó la primera calculadora mecánica (1642), considerada
el primer tipo de computador, que llamó "máquina de aritmética", hoy
mejor conocida como la "Pascalina", la cuál tenía la posibilidad de
realizar cálculos tanto decimales como no-decimales.
Más tarde,
realizó importantes contribuciones a la neumática, al cálculo de probabilidades
(cálculo infinitesimal), y a la
mecánica de fluidos. Desarrolló diversos experimentos sobre la la presión
atmosférica, la densidad, el peso, y los
vasos comunicantes, con los que finalmente desarrolló una fórmula que es el
fundamento base de los estudios y operaciones hidráulicas en la actualidad,
conocido hoy en día como "Principio de Pascal" o "Ley de
Pascal", en honor a su memoria. Con estos avances, Pascal innovó
radicalmente el paradigma científico de los estudios de hidrostática e
hidrodinámica.
En 1654,
Pascal desarrollaría una representación de los coeficientes binomiales conocida
como "Triángulo Aritmético" o
"Triángulo de Pascal", y logró mejoras para estudiar la ruleta
geométrica y el cicloide en 1658. En estos años, mantenía correspondencia con
Pierre de Fermat. En última instancia, esta colaboración establecería
contribuciones trascendentales que dieron nacimiento a la Teoría de la
probabilidad, que hoy día es extensamente usada en el campo de la estadística,
y en las llamadas "ciencias exactas". Eventualmente, Pascal
formularía el principio de inducción, en el cual se basan muchas de las pruebas
de las matemáticas.
Pascal también inventó uno de los primeros tipos de
jeringa (no hipodérmica), reprodujo ejemplares del barómetro
de mercurio y algunos le atribuyen incluso el primer reloj de pulsera. Así
mismo, gracias al "principio de Pascal" se pudo lograr la invención
de la prensa hidráulica. Su último gran logro científico llegó en 1661, cuando
dirigió la construcción del primer tranvía público, y la inauguración de la
primera línea de autobuses de París.
Además fue
conocido por sus debates teológicos-filosóficos sobre René Descartes, y por
otros ensayos variados, que incluyen "El espíritu Geométrico", en
donde escribió:
"Movimiento,
número, espacio. . . Estas tres cosas,
que comprenden todo el universo, de acuerdo con las palabras: 'Deus omnia fecit
en pondéré, en numero, et mensura', [Dios
ha hecho todas las cosas con peso, número y proporción]. Tienen una
conexión recíproca y necesaria porque no nos podemos imaginar el movimiento sin
algo que se mueve... el movimiento no poder existir sin el espacio, vemos estas
tres cosas incluidas en la primera. El tiempo incluso también está comprendido
en él; porque el movimiento y el tiempo son relativos el uno al otro, la
velocidad y la lentitud, que son las diferencias de movimiento, tienen una
relación necesaria con el tiempo. Así, hay propiedades comunes a todas estas
cosas, cuyo conocimiento abre la mente a las grandes maravillas en la
naturaleza." (Pascal,
Ensayo: "Of the Geometrical Spirit", Section First—Of the method of
geometrical, that is, of methodical and perfect demonstrations. p. 436.)
En su
tratado "El arte de la persuación"
Pascal habló de su concepción del método científico, postulando tres reglas
sobre (1) definiciones, 2) axiomas, y 3) demostraciones para llegar al
conocimiento. "Sólo hablo de las verdades a nuestro alcance", señaló
en su escrito, asegurando que el conocimiento de las verdades de Dios no se
encasilla en la metodología humana:
"Las
verdades divinas... son infinitamente superiores a la naturaleza: sólo Dios
puede ponerlas en el alma de una forma en que a Él le agrade. Yo sé que Él ha
deseado que éstas deban entrar desde el corazón a la mente, y no de la mente al
corazón, para humillar ese poder orgulloso de razonamiento de pretende tener
derecho a ser juez de las cosas que la voluntad elige; y para curar esta
enferma voluntad que está totalmente corrompida por los apegos inmundos. Y de
ahí viene que cuando se habla de cosas humanas, decimos que es necesario
conocer antes de que podamos amarlas, lo que ha pasado a un proverbio, [Ignoti
nulla cupido]. Los santos, por el contrario, dicen que cuando se hable de cosas
divinas, es necesario amarlas con el fin de conocerlas, y que sólo accedemos a
la verdad a través del amor, de lo que han hecho una de sus máximas más
útiles. (El arte de la persuación, p.
406).
A
pesar de su profundo interés por la ciencia, de esta forma Pascal llegó a
reconocer que los límites del intelecto humano, o las "razones de la
mente", no son capaces de proporcionar todas las respuestas, tal como él
lo escribió:
«El
último paso de la razón es el reconocimiento de que hay un número infinito de
cosas que están más allá de ella»
Blaise Pascal sostenía lo siguiente:
«El amor
tiene razones que la razón no entiende»
«Es el
corazón el que percibe a Dios y no la razón. Eso es lo que la fe es: Dios percibido por el corazón, no por la razón»
Su
tradición familiar
Pascal
había crecido en un ambiente católico tradicional, y su familia era creyente
típica también, hasta que en 1646 su padre sufrió un accidente y fue confinado
al hogar. Algunos vecinos jansenistas comenzaron a visitar a su padre y toda la
familia terminó por relacionarse al jansenismo, un movimiento teológico formado
por Cornelio Jansenio, que buscaba
reformas en la iglesia cristiana, y se oponía
radicalmente a los jesuitas, el grupo religioso que dominaba la época.
De esta
época datan algunas cartas que Pascal envió a su hermana Jacqueline y otros
conocidos, a quienes les escribía sobre diversas cuestiones, incluyendo las
espirituales.
En una de estas cartas confiesa sobre sus errores
pasados:
"No he traído nada más que confusión y problemas
para mí mismo, que solo Dios puede calmar, y en lo que trabajaré con cuidado,
pero sin impaciencia y sin inquietud, conociendo bien que ambas cosas me
quitarían de esto.
Repito que solo Dios puede calmarlo, y que voy a
trabajar para ello... al verme a mí mismo reducido a solo mí mismo, solo me
queda orar a Dios que Él bendiga esto con éxito."
(Carta de Pascal a su hermana Jacqueline, 26 de enero, 1648, p. 326)
En otra carta escribió:
“Un libro o un sermón, sin importar lo común que sea,
trae más beneficios al que lo que oye o lo lee con la mejor disposición, de lo
que hace la excelencia de los discursos más elevados, que a menudo traen más
placer que instrucción.” (Carta de Pascal a su
hermana Jacqueline, a Madame Perier, 45 de noviembre, 1648, París, 5 de
noviembre. p. 334.)
Después de
la muerte de su padre en 1651, su hermana Jacqueline entraría a un convento en
Port-Royal. Pascal escribió el epitafio de su padre, y pasaría por un momento
de tristeza, pidiendo a su hermana Jacqueline que orara por él.
Su
conversión definitiva
Mèmorial
Pascal
sentía una fuerte necesidad de acercarse más a Dios, y finalmente, el 23 de
noviembre de 1654, el científico tuvo una experiencia religiosa que cambiaría
su rumbo en la vida de forma definitiva. [1] El matemático describió su
vivencia en un escrito conocido como el "Mèmorial", el cuál se cita a
continuación:
"Desde
las diez y media de la noche hasta media hora después de la media noche,
¡FUEGO!
Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de
los filósofos ni de los letrados. Certidumbre, certidumbre, sentimiento, gozo,
paz. El Dios de Jesucristo. «Deum meum et Deum vestrum» [Mi Dios, Dios de
ustedes] Tu Dios será mi Dios.
El mundo
olvidado, y todo excepto Dios. Uno se encuentra a sí mismo sólo por el camino
de las direcciones que se enseñan en el Evangelio.
Oh justo
Padre, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido. Alegría, alegría,
alegría, lágrimas de alegría.
Me separé
de Él. «Dereliquierunt me fontem aquae vitae» [Me han abandonado a mí, fuente
de agua viva] ¿Dios mío, me dejarás? Que nunca me separe de Ti eternamente.
«Esta es
la vida eterna, que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y al que has
enviado. Jesucristo, Jesucristo».
Me separé
de Él. Corrí lejos de Él, renuncié a Él. Lo crucifiqué.
Que nunca
me separe de Él. Uno se preserva solamente por el camino de las lecciones
enseñadas en el Evangelio. Renuncia total, y vida. Y lo demás." (Marvin Richard O'Connell
(1997), Blaise Pascal: Reasons of the Heart, Wm. B. Eerdmans Publishing, p.
96.)
Aquí,
Pascal incluye fragmentos del Evangelio de Juan, aludiendo a otros versículos
del Nuevo Testamento como Juan 17:3,
Juan 3:15-21, Juan 6:29, y Juan 14:6. Su perspectiva sin duda alguna
cambió como muestran sus trabajos posteriores.
Sus
tratados teológicos
Las
creencias de Pascal se reflejaron en múltiples escritos que aun se conservan.
Aunque algunos de sus tratados son muy poco conocidos, la teología y filosofía
de vida que abordan demuestran un claro compromiso con la fe cristiana. Algunos
de ellos fueron traducidos al inglés como los "Minor Works" de Blaise
Pascal, e incluyen los siguientes ensayos:
Comparison
Between Christians Of Early Times and Those of To-day.[Comparación entre los
cristianos de los primeros tiempos y los de hoy en día]
Discourses on the Condition of the Great
[Discursos
sobre la condición de los Destacados]
The Art of
Persuasion
[El arte
de la persuación]
On the conversion of the sinner
[Sobre la
conversión del pecador]
Prayer, to Ask of God the Proper Use of Sickness
[Oración
para Pedir a Dios el Uso Apropiado de la Enfermedad]
Fragmentos
de algunos de estos escritos se citan a continuación:
"La
primera cosa con la que Dios inspira el alma que Él se digna a tocar,
verdaderamente es un conocimiento y una comprensión de lo más extraordinaria
por medio del cuál el alma considera las cosas y a sí misma en una forma
totalmente nueva." (Sobre la conversión del pecador, Frase introductoria,
p. 388)
"Porque
[el alma] considera que, sin importar cuan grande sea el número de los que
envejecen en las máximas del mundo, y sin importar la que sea autoridad de esta
multitud de ejemplos de aquellos que ponen su felicidad en este mundo, es sin
embargo cierto que a pesar de que las cosas del mundo llegarían a tener algo de
placer sustancioso, que es reconocido como algo falso por una infinidad de
ejemplos terribles y continuos, es inevitable que perdamos estas cosas, o que
la muerte, al final, nos prive de ellas, así que el alma, habiendo acumulado
tesoros de los bienes temporales, de cualquier tipo que sean, ya sea de oro, o
ciencia, o reputación, tiene una necesidad indispensable de encontrarse a sí
misma despojada de todos estos objetos de su felicidad, y que en consecuencia,
si estas cosas han tenido con qué satisfacerla, éstas no siempre tendrán con
qué satisfacerla. . .
Así que,
por una humildad santa que Dios exalta por encima de orgullo, el alma es
exaltada por encima del carácter general de la humanidad: condena su conducta,
detesta sus máximas, lamenta de su ceguera, se dedica a la búsqueda del
verdadero bien . . .
Porque,
aunque [aun] no siente los encantos con que Dios recompensa la continua piedad,
comprende, sin embargo, que las cosas creadas no pueden ser más hermosas que su
Creador, y esta razón, ayudada por la luz de la gracia, le hace entender que no
hay nada más amoroso que Dios, y que Él sólo puede apartarse de aquellos que lo
rechazan, ya que tenerle es desearle sólo, y rechazarlo es perderle."
(Sobre la conversión del pecador, frase introductoria, p. 389-390)
Pascal
hizo un llamado a regresar a los principios de la Iglesia del cristianismo
primitivo, en su "Comparación
entre los cristianos de los primeros tiempos y los de hoy en día":
"En
los primeros tiempos, los cristianos estaban perfectamente instruidos en todos
los aspectos necesarios para la salvación, mientras que hoy en día vemos tan
burda ignorancia de éstos, que casi hace llorar a todos los que tienen
sentimientos de ternura por la Iglesia.
Los
hombres en ese tiempo sólo entraban a la Iglesia después de grandes trabajos y
largos anhelos, ahora encuentran su camino sin ningún problema, sin cuidado y
sin trabajo. Sólo eran admitidos después de una rigurosa examinación. Ahora son
recibidos antes de que estén en condiciones de ser examinados. En ese tiempo no
eran recibidos antes de haber abjurado su vida pasada, hasta después de haber
renunciado al mundo, a la carne y al diablo. En resúmen, era necesario que
antes abandonaran al mundo con el fin de ser recibidos en la Iglesia." (Comparison Between Christians of
Early Times and Those of To-Day)
"Todos
los excesos, toda la violencia y toda la vanidad de los hombres destacados,
provienen del hecho de que ellos no saben lo que son... es necesario que uno se
olvide de sí mismo." (Disursos sobre la condición de los destacados,
Sección I, pp. 384-385.)
"Hay
algunos hombres que se exponen a sí mismos a la condenación tan tontamente por
la avaricia, por la brutalidad, por el libertinaje, por la violencia, por los
excesos, por blasfemias!... en verdad que siempre es una gran necedad de el
hombre se exponga a sí mismo a la condenación, y por lo tanto no debe detenerse
en esto. Él debe despreciar el deseo y su reino, y aspirar a ese reino de amor
en el que todos los asuntos no respiran más que amor, y no desear nada más que
los beneficios del amor." (Disursos sobre la condición de los destacados,
Sección III, pp. 387.)
"Ellos,
sin embargo, han corrompido este orden, al hacer las cosas profanas lo que
deberían hacer con las cosas santas, porque de hecho, escasamente creemos algo,
a menos de que nos plazca. Y de ahí viene la aversión que se tiene de consentir
a las verdades de la religión cristiana que se oponen a nuestros placeres.
"Háblanos de cosas agradables y te escucharemos," le dijeron los
judíos a Moisés; ¡Como si el agrado de una cosa debiera regular la creencia! Y
es para castigar a este desorden por una orden que se ajustaba a Él, que Dios
solamente derrama Su luz en la mente después de haber sometido la rebelión de
la voluntad por una dulzura completamente celestial que la encanta y la gana." (El arte de la persuación, p. 407)
Su
denuncia a la apostasía
Otra de
las obras de Pascal sobre religión, incluyen las llamadas "Lettres
provinciales" o "Cartas Provinciales" (1656-1657) que fueron 18
cartas teológicas que Pascal escribió (a manera de diálogo o conversación) una
historia en la que denunciaba las doctrinas de los jesuitas y diversos aspectos
de esta organización católica, exponiendo a los líderes religiosos de la época
de haber abandonado los principios de la verdadera moral cristiana.
La temática
de diálogo en las cartas cuestionaba los sacramentos de penitencia, y
arduamente atacaba la "casuística" (una especie de relativismo moral
usado por la iglesia católica). Además arremetía contra el abuso de poder; y
criticaba la doble moral o el doble ánimo de los jesuitas. Exploraba los
problemas de las enseñanzas del purgatorio, y otras cuestiones en torno a
tradiciones engañosas practicadas por la iglesia católica como las
indulgencias, las penitencias y la "falsa devoción a la virgen que han introducido
los Jesuitas" (Cap. 9).
Por otro
lado, exaltaba la gracia de Dios, la predestinación y la autoridad de Cristo
como sacerdote supremo. Cuestionaba la confesión ante los sacerdotes, los
sacramentos falsos, la idolatría, y la carta final desafiaba la autoridad moral
del "papa" Alejandro VI.
Con todo
esto, era de esperarse que la Iglesia católica reaccionara en contra de las
cartas. El "papa" Inocencio XI condenó las cartas provinciales y el
Rey Louis XIV (El "rey Sol", católico, que pretextaba su gobierno por
supuesta autoridad divina), mandó a quemar y destruir el libro en 1660. En
1661, Luis XIV suprimió el movimiento Jansenista en Port-Royal.
En un
extracto de las Cartas Provinciales, se escribe lo siguiente como respuesta que
el autor le da a un cura jesuita:
"Se
lee en el Evangelio: 'Dad limosna de lo que os es superfluo'; y sin embargo,
muchos casuistas han encontrado medio para librar a los más ricos de la
obligación de dar limosna. ¿Podréis ignorar que el Apóstol San Pablo juzga
'dignos de muerte no solo a los autores de los males sino también a los que
prestan su consentimiento a ellos'? . . .
Obligáis a
los confesores a absolver, mas que como jueces, como esclavos, a pecadores
envejecidos, sin mudanza de vida, sin señal alguna de dolor, ni más que
promesas cien veces quebrantadas. La licencia de sacar de su quicio las reglas
más santas del gobierno cristiano, llega a la suversión entera de la ley del
Señor. Se viola el mandamiento grande que comprende la ley y los profetas: se
ataca la piedad en el corazón: se arroja de él aquél espíritu que da la vida:
se dice que no es necesario amar a Dios para salvarse y aun se pretende que
está dispensa de su amor, es la ventaja que Jesucristo trajo al mundo. La
impiedad ha llegado a su colmo. . .
¡Extraña
teología la de nuestros días! ¡Se osa levantar el anatema que pronuncia San
Pablo contra los que no aman al Señor Jesús! ¡Se destruye lo que dice San Juan,
que aquel que no ama permanece en la muerte, y lo que dice el mismo Jesucristo,
que quien no le ama no sigue sus preceptos!.
El
misterio de iniquidad está cumplido. Abrid por fin los ojos, y ya que no han
podido conmoveros los demás extravíos de vuestros casuistas, basten a reduciros
los excesos que se advierten estos.
Con todas
veras lo deseo por vos y vuestros padres, y ruego a Dios que dignándose
hacerles conocer cuan falsa es la luz que los ha conducido a tales precipicios,
llene de su divino amor los corazones de quienes han podido atreverse a
dispensar de Él a los hombres." (Las provinciales, 1841, Carta décima,
"Sobre el amor de Dios", p. 148)
Su apología de la fe cristiana
"...haceos
tesoros en el cielo,
donde ni
polilla ni orín corrompen,
y donde
ladrones no minan ni hurtan."
—Jesucristo
(Mt. 6:20)
Además de
todas las Cartas y los ensayos ya mencionados, Pascal también empezó a trabajar
en una obra a la que tenía planeado titular como "Apología de la Religión
Cristiana", aunque no pudo terminar de estructurarla debido a su muerte en
1662.
No
obstante, los borradores que hizo se conservaron en cerca de 60 fajos de unos
1,000 papeles. Fueron publicados por primera vez en 1670, de forma póstuma, en
una edición francesa titulada "Pensées sur la religion et autres
sujets" «Pensamientos sobre la religión y otros temas». Actualmente, esta
obra representa el libro más famoso de Pascal, y a menudo se le llama
simplemente los "Pensées" o "Pensamientos", de Pascal. Sus
palabras más tarde llegarían a oídos de otros científicos creyentes como
Wilhelm Leibniz y Louis Pasteur.
En la
apología, Pascal había emprendido una lista de profecías retomando versos del
Antiguo testamento, para demostrar la verdad mesiánica de Cristo. [Pensamientos
11:727 (pp. 315-316)] Además el libro también incluye un famoso argumento
conocido como la "Apuesta de Pascal", donde Blaise pesa la ganancia
contra la pérdida posible por creer en Dios.
Dirigiéndose a los a los escépticos, escribió:
“Usted
tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer:
su razón y su voluntad, dos más: su conocimiento y su bienaventuranza; y su
naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la miseria. Su
razón no está más dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que es necesario
elegir. He aquí un punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a pesar la
ganancia y la pérdida, eligiendo cruz. Es un hecho que Dios existe. Estimemos
estos dos casos: si usted gana, lo gana todo; si usted pierde, no pierde nada.
Apueste, sin vacilar, que Él existe.”
“Si Dios
no existe, uno no pierde nada al creer en él, mientras que sí existe uno pierde
todo por no creer.”
“Prefiero
equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en
un Dios que sí existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo
sabré y me hundiré en la nada eterna; pero si sí hay algo, si sí hay alguien,
tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.”
A
continuación se citan fragmentos extraídos exclusivamente de Pensées. Se
incluyen concordancias bíblicas para demostrar cómo el pensamiento filosófico
estaba repleto de creencias bíblicas y cristianas.
* Sobre el
conocimiento a nuestro alcance y las formas de abordarlo:
"Cuando
leemos demasiado rápido o demasiado despacio, no entendemos nada."
"Dado
que no podemos saber todo lo que hay que saber sobre cualquier cosa, hemos de
saber un poco de todo."
* Sobre la
limitación de los sentidos:
"Los
sentidos engañan a la razón con falsas apariencias y esa misma trampa que hacen
a la razón, la reciben de ella a su vez. Las pasiones del alma, turban a los
sentidos, y le producen impresiones falsas, mienten y se engañan a
porfía." (Concordancia: Isaías
5:21, Proverbios 26: 12)
"No
sólo las viejas y tempranas impresiones nos engañan, el encanto de la novedad
tiene el mismo poder."
* Sobre
los prejuicios de los seres humanos:
"Los
hombres desprecian la religión; la odian, y tienen miedo de que sea
verdad."
"El
hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende."
"La
gente está generalmente más convencida por razones que ellos mismos descubren
de aquellas que se encuentran por otros." (Concordancia: Proverbios 21:2)
* Sobre la
miseria del hombre:
"La
grandeza del hombre está en que se conoce a sí mismo como miserable."
"Salomón
y Job, los hombres que han conocido la miseria del hombre y que han hablado
mejor que nadie sobre ella: el uno, el más dichoso, el otro, el más
desgraciado; el uno conoce, por experiencia, la vanidad de los placeres; el
otro, la realidad de los males." (Concordancia: Eclesiastés 2:10-11,
Eclesiastés 12:6-8, Job 15:20-34)
"No
hay nada sobre la tierra que no muestre o la miseria del hombre o la
misericordia de Dios, o la impotencia del hombre sin Dios, o la potencia del
hombre con Dios." (Concordancia: Salmos 127:1, Salmos 39:6, Salmos 36:6-7,
Mateo 15:13)
“La
sensibilidad del hombre para las pequeñas cosas y la insensibilidad [para las]
mayores cosas; señal de una extraña inversión.”
"Si
no conocemos que nosotros mismos estamos llenos de orgullo, de ambición, de
lujuria, de debilidad, de miseria y de injusticia, estamos verdaderamente ciegos.
Y si, sabiendo esto, no deseamos ser liberados, ¿que se podrá decir del
hombre...?"
"Fatiga:
Nada es tan insoportable para el hombre como el estar completamente en reposo,
sin pasiones, sin negocios, sin diversión, sin estudio. Entonces se siente su
nada, su desolación, su insuficiencia, su dependencia, su debilidad, su
vacío."
"¡Que
hueco y lleno de suciedad es el corazón del hombre!" (Concordancia: Job
33:4, Marcos 7:20-23, Jeremías 17:9, 10)
"Los
hombres están tan forzosamente locos, que no estar loco, equivaldría a otra
forma de locura." (Concordancia: 1 Corintios 1:18)
"Si
un soldado o u
n
trabajador se queja de las dificultades de su lote, está para no hacer
nada."
"Que
haya hombres indiferentes a la pérdida de su ser y al peligro de una eternidad
de desdicha, esto no es una cosa natural."
"Los
que se hallan en el desorden dicen a los que se hallan en orden que son éstos
los que se alejan de la naturaleza, y cada uno de ellos cree seguirla, como los
que van en un navío creen que los que están en la orilla, huyen."
(Concordancia: Mateo 23:35-35, Mateo 15:14, Isaías 5:20)
* Sobre la
falsa felicidad, el entretenimiento vano, la imaginación engañosa:
"Quien
no ve la vanidad del mundo, es bien vano el mismo. . . Pero quitadles su diversión,
y los veréis secarse de tedio. Sienten entonces su nada, sin conocerla: el ser
bien desgraciado, entrar en una tristeza insoportable, tan pronto como se ve
reducido a considerarse a sí mismo, ya no es tan divertido."
(Concordancia: Lucas 6:25)
"Si nuestra
condición fuera verdaderamente feliz, no buscaríamos la diversión de allí a fin
de hacernos felices a nosotros mismos."
"Cuando
las pasiones se enseñorean de nosotros, son vicios."
"Hay
vicios que no se mantienen en nosotros sino por otros vicios, y quitando el
tronco, se arranca como ramas de él." (Concordancia: Mateo 5:29-30)
"Cuando
todo está igual de agitado, nada parece estar tan agitado, como en un barco.
Cuando todos tienden al libertinaje, ninguno parece hacerlo. El que se detiene
le llama la atención los excesos de los otros, como un punto fijo."
(Concordancia: Isaías 5:20)
"No
es bueno ser demasiado libre. No es bueno tener todo lo que uno
quiere."
Para
Pascal, la diversión y la imaginación mundana representan las miserias del hombre,
falsedades efímeras que lo ciegan para encontrar la verdad y la vida:
"La
única cosa que nos consuela de nuestras miserias, sin sacarnos de ellas, es la
diversión, y sin embargo, es la mayor de nuestras miserias porque es esa la que
nos impide principalmente pensar en nuestra condición, y que hace perder
insensiblemente.
Sin ésta,
estaríamos en el tedio, y este tedio nos impulsaría a buscar el medio más
sólido y seguro de salir de él; pero la diversión nos entretiene y nos hace
llegar invisiblemente a la muerte." (Concordancia: Proverbios 10:23)
"La
muerte es más fácil de soportar sin pensar en ella, que el pensamiento de la
muerte, sin el peligro de ella." (Concordancia: Salmos 10:6-11, Salmos
49:17-20)
"Se
corre descuidado al precipicio, después de que se ha puesto delante de nosotros
alguna cosa que nos impide verlo." (Concordancia: Lucas 6:39)
"El orgullo contrapesa, y lleva consigo
todas las miserias. He aquí un extraño monstruo y un extravío bien
visible." (Concordancia: Proverbios 16:18)
"Curiosidad:
no es más que vanidad [en la cuál] lo más frecuente no es querer saber más,
sino querer hablar más de ello." (Concordancia: 1 Timoteo 6:3-4)
"Imaginación:
es esa parte engañosa del hombre, esta muestra de error y falsedad, cuanto más
engañosa, no lo es siempre; porque sería una regla infalible de verdad, si
fuera una regla infalible de mentira; pero siendo a lo más menudo falsa, no da
señal alguna de su naturaleza, dando la impresión del mismo carácter en lo
verdadero y en lo falso. . .
Esta potencia
arrogante, enemiga de la razón, que le gusta controlarla o dominarla. Ha puesto
en el hombre una segunda naturaleza para mostrar cuán convincente es. Ella hace
a los hombres felices y tristes, sanos y enfermos, ricos y pobres, fuerza
razones para creer, dudar, y negar, atenúa los sentidos, o los estimula, ella
tiene a sus necios y a sus sabios, y nada nos disgusta más que ver que llene a
sus devotos con una satisfacción más plena y entera de lo que hace la razón.
Aquellos que tienen una imaginación vigorosa están mucho más satisfechos con
sigo mismos de lo que el sabio puede razonablemente estar.
Ellos
desprecian a los hombres con soberbia, discuten con atrevimiento y confianza,
otros con miedo y desconfianza, y esta alegría en el semblante a menudo les da
la ventaja en la opinión de los oyentes, tal favor tiene el sabio imaginativo a
los ojos de los jueces de tal naturaleza.
La
imaginación no puede hacer sabios a los tontos, pero los alegra, para envidia
de la razón, que sólo puede hacer a sus amigos miserables, una los cubre de
fama, la otra de vergüenza. . ."
(Concordancia: Jeremías 9:14)
"Imaginación;
¡Diversión vana, engañadora, <comedia>! "
"Se
engañan buscando por ahí la estimación de los hombres." [335]
* Sobre el
mundo, (el status quo, la forma mundana de vivir):
"¿De
qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?" (Citando a Jesucristo; En Mateo 16:26)
"Las
condiciones más cómodas para vivir según el mundo son las más difíciles para
vivir según Dios." (Concordancia Santiago 4:1-4)
* Sobre la
aflicción y el dolor:
"Ego
vir videns" <Yo soy el hombre que ha visto aflicción> (Citando
Jeremías, Lamentaciones 3:1)
"No
es vergonzoso para el hombre sucumbir bajo el dolor, y si lo es sucumbir bajo
el placer." (Concordancia: Hebreos 11:25,
2 Corintios 7:10)
* Sobre la
auto-justificación:
"No
se le permite [ni] al más equitativo de los hombres ser juez de su propia
causa."
* Sobre
los incrédulos, ateos y escépticos, su situación ante Dios:
"Nada
es más cobarde que hacerse el valiente contra Dios." (335)
"Imagínese
una porción de hombres encadenados, y todos condenados a muerte, siendo
ahorcados cada día los unos a vista de los otros, viendo los que quedan, su
propia condición en la de sus semejantes, y mirándose los unos a los otros
aguardando su turno. . .
Un hombre
que está en un calabozo sin saber si se ha dictado su decreto de arresto, no
disponiendo de más de una hora para saberlo, pero teniendo tiempo suficiente
para revocarlo si es que ya se dictó, es contra la naturaleza que emplee esa
hora en no informarse sobre el decreto, y se ponga a 'jugar a as cartas'."
"Comenzar
por compadecer a los incrédulos: son desgraciados por su condición. No sería
preciso injuriarlos más que en el caso que esto sirviera, pero esto les daña." (Concordancia: 1 Pedro 3:9)
"--ya
que los incrédulos no sirven para manifestar la verdad de la redención con
santidad de sus costumbres, a lo menos sirven admirablemente para manifestar la
corrupción de la naturaleza con dictámenes tan opuestos a la naturaleza."
"No
solamente el celo de los que le buscan, prueba la existencia de Dios, sino
también la cegedad de los que no le buscan."
"En
lugar de quejarse de que Dios se había escondido a sí mismo, le darás las
gracias por no haber revelado tanto de Sí mismo, y también le darás las gracias
por no habérsele revelado a los soberbios altivos, indignos de conocer a tan
santo Dios." (Concordancia: Lucas
10:21)
“Es justo
que un Dios tan puro no se descubra sino a aquellos cuyo corazón está
purificado.”
"Él
se esconde a Sí mismo de aquellos que lo tientan, y luego se revela a Sí mismo
a aquellos que lo buscan, porque los hombres son, tanto indignos, como capaces
de [conocer a] Dios." [557]
"La
naturaleza confunde a los escépticos y la razón refuta a los dogmáticos."
* Sobre la
guerra y el autoritarismo:
"Es
una guerra extraña y largo plazo, la guerra que la violencia siempre está
librando contra la verdad. Todos los esfuerzos de la violencia no tienen poder
para debilitar a la verdad, y sólo sirven para hacerla más fuerte."
"La
tiranía consiste en el deseo de dominación universal fuera de su orden
[verdadero]... La tiranía está en querer conseguir por un camino, lo que se
debe tener por otro." [Concordancia: Miqueas 3]
"La
justicia sin la fuerza es impotente, la fuerza sin la justicia, es
tiránica."
* Sobre
las relaciones humanas:
"Se
forma [el] espíritu y el sentimiento por las conversaciones. Se malea el
espíritu y el sentimiento por las conversaciones. Así, las buenas o malas [conversaciones], lo forman
o lo malean. <Corrumpunt bonos mores colloquia prava>." (Alusión directa a 1 Corintios 15:33)
"El
engaño mutuo es el fundamento de la sociedad. . . La unión que hay entre muchos
hombres no está fundada mas que sobre este engaño mutuo, y pocas amistades
quedarían en este mundo si cada uno supiera lo que su amigo dice de él en
ausencia suya, aun cuando sus palabras fueran sinceras y desapasionadas."
(Concordancia: Jeremías 9:4, Salmos 41:9, Miqueas 7:5)
"El
hombre no es más, por consiguiente, que [un] disfraz, mentira e hipocresía para
sí mismo y ante los demás. No quiere que se le diga la verdad, y evita decirla
a otros, y todas estas disposiciones tan alejadas de la justicia y de la
verdad, tienen una raíz en su corazón." (Concordancia: Marcos 7:20-23 Jeremías 17:5, Mateo 7:15, Jeremías 17:9, 10)
"Las
palabras amables no cuestan mucho, sin embargo, logran
mucho."(Concordancia: Proverbios 15:1, Proverbios 16:24)
"Yo
censuro igualmente a los que se toman el
partido de alabar al hombre, y a los que toman el de vituperarlo."
* Sobre la vanalidad de costumbres:
"Los
padres temen que el amor natural de los hijos desaparezca. ¿Que es por
consiguiente esa naturaleza sujeta a desaparecer?. La costumbre esa una mala
naturaleza que destruye a la primera." (Concordancia: Colosenses 2:8)
"Qué
extraña vanidad es la pintura, atrae la admiración por parecerse al original,
el cuál no se admira."
* Sobre
las posesiones:
"...'Mío',
'tuyo', este perro es mío, dicen esos pobres niños, aquél es mi sitio al sol
[...] he aquí la usurpación de la tierra." [231]
* Sobre
otras religiones:
"Veo
muchas religiones contradictorias, y por lo tanto todas falsas, salvo una. Cada
una quiere ser creído por su propia autoridad, y amenaza a los no creyentes.
Por lo tanto, no creo en ellas. Cada uno puede decir esto, cada uno puede
llamarse a sí mismo un profeta. Pero veo que en la religión cristiana, las
profecías donde sea se han cumplido, y eso es lo que cada una [de las otras] no
puede hacer."
"Diferencia entre Jesucristo y Mahoma —
Mahoma no
fue predicho; Jesucristo fue profetizado.
Mahoma mató; Jesucristo se ofreció a sí mismo para ser inmolado. Mahoma prohibió la lectura, los apóstoles
ordenaron leer.
Mahoma
estableció una religión, poniendo a sus enemigos a muerte, Jesucristo,
ordenando a sus seguidores a dar sus vidas." (Concordancia: Mateo 20:28)
Nota:
Pascal se refería a cuando Mahoma instruyó a sus seguidores a maldecir y
perseguir a sus enemigos (Sura 2:161), en contraste con Jesucristo, quien
instruyó a sus discípulos a "bendecid a los que os maldigan" (Lucas
6:28) y "amad a vuestros enemigos" (Mateo 5:44).
* Sobre la apostasía y la hipocresía:
“Si no
actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.”
"Falsa
humildad: Orgullo." (Concordancia: Mateo 23:25-26)
"Es
un falso celo mantenerse en la verdad, mientras se hiere a la caridad."
(Caridad en este contexto equivale a "amor", como se presenta en las
Escrituras)
"La
fuente de todas las herejías es la exclusión de algunas verdades; y la fuente
de todas las objeciones que nos hacen los heréticos es la ignorancia de alguna
de esas verdades." (Concordancia: Proverbios 30:6)
* Sobre la muerte inesperada:
"<el
// sujeto que se regocija y se jacta con la cabeza levantada de este modo...
"regocijemonos pues: vivamos sin temor y sin inquietud y esperemos los
dones: porque es incierto, y veremos después lo que sucede de nosotros
"... así siempre están fingiendo sus sentimientos." [445. 13]
(Concordancia: Lucas 12:13-21; Isaías 22:13; Salmos 10:4)
* Sobre la condenación:
"Una
de las confusiones de los condenados será ver que ellos son condenados por su
propia razón, por lo cuál pretendieron condenar la religión
cristiana." (Concordancia:
Proverbios 3:5-6)
* Sobre los caminos que se toman en la vida:
"Los
caminos son como ríos, que andan y llevan." (Concordancia: Isaías 43:19)
"Uno
no se fastidia de comer y dormir todos los días porque el hambre y el sueño
renacen, sin esto, se fastidiaría. Así, sin el hambre de las cosas
espirituales, el fastidio. Hambre de justicia: Octava bienaventuranza."
(En referencia a Mateo 5:6)
"En
todas las acciones debemos mirar más allá de la acción en nuestro estado
pasado, presente y futuro, y a otros a los que les afecte, y ver las relaciones
de todas esas cosas. Y entonces seremos muy cautelosos."
"Es
justo que se siga lo que es justo, es necesario que se siga lo que es más
fuerte." (Concordancia: Salmos 7:11)
"Yo
quisiera inducir al hombre a desear [hallar] la verdad, a estar presto y
desprendido de pasiones para seguirla donde se halla de encontrar, sabiendo que
el conocimiento está obscurecido por las pasiones, yo bien quisiera que él
odiase la concupiscencia que le determina por sí misma, a fin de que no le
ciegue para hacer su elección y que no le detenga cuando haya elegido."
"El
mal, es fácil, [en el mundo] hay una infinidad; el bien, [es]
único."(Concordancia: Mateo 7:13)
* Sobre el amor y el corazón:
"No
se consulta mas que al oído porque se carece de corazón." (Concordancia: 1
Corintios 2:9)
"El
que ama a alguien por causa de su belleza, ¿lo ama?. No, porque cuando las
viruelas maten a la belleza, sin matar a la persona, harán que el ya no le ame
más." (Concordancia: 1a Samuel 16:7)
"Cuando no se ama demasiado no se ama lo
suficiente.”
"En
el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este
vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Puede ser llenado
únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús." (Concordancia:
Juan 1:18)
"Lo
que no aman la verdad, toman el pretexto de la alteración de la multitud de los
que la niegan, y así, su error no viene sino de que no aman la verdad o la
caridad, y por eso no tienen excusa!" (Concordancia: Proverbio 29:9-10,
Proverbios 29:7, Mateo 24:9)
* Sobre la humildad:
"La
virtud de un hombre no se debe medir por sus esfuerzos, sino por su estado
ordinario."
"Las
bellas acciones ocultas son las más estimables" (Concordancia: Mateo
6:1-18)
"¿Queréis
que se hable bien de vosotros?. No habléis de ello." (Concordancia: Lucas
14:11)
* Sobre la
fe:
"En
la fe hay suficiente luz para aquellos que quieren creer y suficiente oscuridad para los ciegos que no
lo hacen." (Concordancia: 1 Juan 1:7, Juan 3:19)
"Un
grano echado en buena tierra, produce. Un principio depositado en buen
espíritu, produce." (Alusión a Mateo 13:8)
"No
entendemos nada de las obras de Dios a menos que las tomemos como un
principo." (Concordancia: Hebreos 11:6)
"Le
ha agradado a Dios que las verdades divinas no deban ingresar al corazón a
través de la comprensión, sino la comprensión a través del corazón."
(Concordancia: Mateo 11:25-26)
* Sobre el temor y la esperanza:
"Temor
malo: no el que proviene de lo que se cree ser Dios, sino de lo que se duda si
es o no es. El temor bueno viene de la fe, el falso temor viene de la duda. El
temor bueno es de la esperanza, porque ésta nace de la fe, y se espera en Dios
que se cree, el temor malo se junta con la desesperanza, porque se teme a Dios,
en el que no se tiene fe. Los unos temen perderlo, los otros temen
hallarlo." (En referencia a 1 Juan 4:8, Job 28:8)
* Sobre la oración:
"Las
mayoría de las miserias del hombre derivan de no ser capaz de estarse quieto en
una habitación." (Concordancia:
Mateo 6:6)
"Es
necesario guardar silencio tanto como se puede, y no conversar mas que con Dios,
que sabemos, es la verdad."
(Concordancia: Salmos 34:13 Santiago 1:26, Proverbios 13:3)
* Sobre buscar a Dios:
“Sólo
conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón
porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le
conocen.”
* Sobre el
hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios:
"La
naturaleza [del hombre] tiene perfecciones, a fin de demostrar que está hecha a
la semejanza de Dios, y defectos, para demostrar que sólo es a su
imagen." (En referencia a Génesis
1:26-27)
* Sobre el conocimiento de Dios:
"El
conocimiento de Dios sin el de la miseria del hombre engendra el orgullo. El
conocimiento de esta miseria sin el de Dios, engendra la desesperanza. El
conocimiento de Jesucristo es el [único] por medio del cuál hallamos a Dios y a
nuestra miseria." (Concordancia: Romanos 1:21, 1 Timoteo 2:5, 2 Corintios 4:6)
"El
conocimiento de Dios sin el de la miseria del hombre, causa orgullo. El
conocimiento de la miseria del hombre sin el conocimiento de Dios causa
desesperación. El conocimiento de Jesucristo constituye el punto medio, porque
en Él, nos encontramos con Dios y con nuestra miseria."
* Sobre el cristianismo:
"LOS
HOMBRES blasfeman lo que no conocen. La religión cristiana consiste en dos
aspectos. Es de interés igualitario que los hombres los conozcan, y es
igualmente peligroso ser ignorante de ellos. Y es igualmente de la misericordia
de Dios que Él nos ha dado indicaciones de ambos.
Y, sin
embargo, tienen el atrevimiento de concluir que uno de estos aspectos no
existe, del cuál se habría causado que ellos hubieran de inferir el otro. Los
sabios que han dicho que hay un solo Dios han sido perseguidos; los judíos
fueron odiados, y aún más a los cristianos. Ellos han visto a la luz de la
naturaleza que si hay una religión verdadera en la tierra, el curso de todas
las cosas debe tender a ella como a un centro.
Todo el
curso de las cosas debe tener por objeto el establecimiento y la grandeza de la
[verdadera] religión. Los hombres deben tener en su interior los sentimientos
conforme a lo que esta religión nos enseña. Y, por último, la religión debe ser
así el objeto y el centro al que tienden todas las cosas, de modo que
cualquiera que conozca los principios de la religión puede dar una explicación tanto
de toda la naturaleza del hombre, en particular, como de todo el curso del
mundo en general.
Y por este
motivo se toman ocasión para denigrar la religión cristiana, porque la
entienden mal. Se imaginan que consiste simplemente en la adoración de un Dios
considerado tan grande, poderoso y eterno, que es estrictamente deísmo, algo
casi tan lejos de la religión cristiana como el ateísmo, que es exactamente lo
contrario. Y de allí llegan a la conclusión de que esta religión no es verdad,
porque no vemos que todas las cosas estén de acuerdo con el establecimiento de
este aspecto, que Dios no se manifestaría a los hombres con todas las pruebas
que Él podía mostrar.
Que
concluyan lo que quieran contra el deísmo, no concluirán nada en contra de la
religión cristiana, que propiamente consiste en el misterio del Redentor,
quien, uniendo en Sí mismo las dos naturalezas, humana y divina, ha redimido a
los hombres de la corrupción del pecado con el fin de conciliar en su persona
divina a Dios.
La
religión cristiana por lo tanto enseña a los hombres estas dos verdades: que
hay un Dios que los hombres pueden conocer, y que hay una corrupción en su
naturaleza que los hace indignos de Él. Es igualmente importante para los
hombres el conocer estos dos aspectos, y es igualmente peligroso que el hombre
conozca de Dios sin conocer la propia miseria del hombre, y que conozca su
miseria sin conocer al Redentor que lo puede liberar de ella.
El
conocimiento de solo uno de estos aspectos da lugar a la soberbia de los filósofos,
que han conocido de Dios, y no de la miseria de ellos mismos, o a la
desesperación de los ateos, que conocen su propia miseria, pero no al
Redentor.
Aquellos
que caen en el error, erran sólo a por la falta de ver una de estas dos cosas.
Podemos, entonces, tener un gran conocimiento de Dios sin el de nuestra propia
miseria, y de nuestra propia miseria, sin el conocimiento de Dios. Pero no
podemos conocer a Jesucristo sin conocer a la vez tanto a Dios como a nuestra
propia miseria.
Por lo
tanto, aquí no voy a emprender el tratar de demostrar por razones naturales o
la existencia de Dios, o la Trinidad, o la inmortalidad del alma, ni nada por
el estilo, no sólo porque no me sienta lo suficientemente capaz de encontrar en
la naturaleza argumentos para convencer a los ateos endurecidos, sino también
porque tal conocimiento es inútil y estéril sin Jesucristo.
A pesar de
que un hombre esté convencido de que las proporciones numéricas son verdades
inmateriales, eternas y dependientes de una primera verdad, en la que
subsisten, y que se llama Dios, no diría que tal hombre esté muy avanzado en
camino a su propia salvación. El Dios de los cristianos no es un Dios que no es
simplemente el autor de las verdades matemáticas, o del orden de los elementos;
ese es el punto de vista de los paganos y de los epicúreos. Él no es meramente
un Dios que ejerce su providencia sobre la vida y el destino de los hombres,
para otorgar a los que le adoran una vida larga y feliz. Esa fue la parte de
los judíos.
Pero el
Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de los cristianos,
es un Dios de amor y de consuelo, un Dios que llena el alma y el corazón de
aquellos a los que Él posee, un Dios que los hace conscientes de su miseria
interior, y de Su infinita misericordia, que se une a Sí mismo a su alma más
profunda, que la llena de humildad y alegría, con confianza y amor, que los
hace incapaces de cualquier otro fin, que Él mismo." (Pascal, Pensées,
Sección VII - The Fundamentals of The Christian Religion [Los Fundamentos de la
Religión Cristiana]; Concordancia: Salmos 50:16; 1 Juan 4:8-9)
* Sobre Jesucristo:
"Jesucristo...
enseñó a los hombres que se amaban a sí mismos que ellos estaban ciegos,
enfermos, miserables y [eran] pecadores, [y] que era necesario que Él los
liberara, los iluminara, los bendijera y los sanará, y que esto sería efectuado
por medio de la negación de nosotros mismos, y por medio de seguirlo, a través
de sufrimiento y la muerte en la cruz." (Concordancia: Lucas 9:23, Mateo 16:25, Juan 15:5, Romanos 6:11, Gálatas
2:20)
"Conocemos
a Dios sólo por Jesucristo. Sin este mediador, toda la comunión con Dios es
quitado; por medio de Jesucristo conocemos a Dios. Todos los que han afirmado
conocer a Dios, y probarlo sin Jesucristo, sólo han tenido pruebas. Pero como
prueba de Jesucristo tenemos las profecías, que son pruebas sólidas y
palpables. Y estas profecías, habiéndose cumplido y probadas como ciertas por
eventos marcan la certeza de estas
verdades y, por tanto, la divinidad de Cristo. En Él, entonces, y por medio de
Él, podemos conocer a Dios." (Concordancia: Colosenses 1:19-23, Romanos
5:11, 2 Corintios 5:17-18)
"No
sólo conocemos a Dios por Jesucristo, también nos conocemos a nosotros mismos
sólo por medio de Jesucristo. Sabemos de la vida y la muerte sólo a través de
Jesucristo. Apartados de Jesucristo, no sabemos lo que es nuestra vida, ni
nuestra muerte, ni Dios, ni a nosotros mismos." (Concordancia: Mateo
11:27, Juan 15:15)
"Jesucristo
es un Dios a quien nos acercamos, sin orgullo y ante quien nos humillamos sin
desesperación." (Nº 528). (Concordancia: Juan 20:27-29, Santiago 4:6-10)
"Sin
Jesucristo el hombre estaría en el vicio y la miseria, con Jesús Cristo, el
hombre es libre de vicio y la miseria, en él es toda nuestra virtud y nuestra
felicidad. Fuera de Él no hay más que el vicio, la miseria, la oscuridad, la
muerte, la desesperación."
* Sobre profecías mesiánicas:
"Moisés
y Job, el uno, judío, el otro, gentil. Ambos miran a Jesús Cristo como su
centro común y objetivo: Moisés, en relación a las promesas de Dios a Abraham,
Jacob, los demás, y sus profecías; y Job: 'Quis mihi det ut, etc Scio enim quod
Redemptor meus Vivit' [“Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre
el polvo”]." (Concordancia: Job 19. 25-27)
* Sobre
Cristo como mediador entre el hombre y Dios:
"Todos
los que buscan a Dios sin Jesucristo, y que descansan en la naturaleza, o no
encuentran luz que les satisfaga, o pasan a formarse a sí mismos un medio de
conocimiento de Dios, sin un mediador. De esa manera o caen en el ateísmo, o en
el deísmo, dos cosas que la religión cristiana aborrece casi por igual. Sin
Jesucristo, el mundo no existiría, porque se necesitaría o que eso fuera
destruido, o que fuera un infierno." (Concordancia: Juan 3:18)
"Lo
que produce el conocimiento que se obtiene de Dios, sin Jesucristo, es
comunicar sin mediador, con el Dios que se ha conocido sin mediador. En cambio
los que han conocido a Dios, por mediador, conocen la propia miseria."
(Concordancia: 1 Timoteo 2:5, Romanos 1:21, Salmos 144:3-4)
* Sobre la paz de Cristo:
"Si
nos dejamos creer que el hombre comenzó con la gracia divina, y que la perdió a
causa del pecado, y que puede ser redimido sólo por la gracia divina a través
de Cristo crucificado, entonces encontraremos la paz de espíritu, nunca
concedida a los filósofos. El que no puede creerlo, está maldito, pues pone en
manifiesto por su falta de fe que Dios no lo ha escogido para darle
gracia." (Concordancia: Juan 3:18)
"Salvador,
Padre, sacrificador, ofrecimiento, comida, rey, sabio, legislador, afligido,
pobre, tener que crear un pueblo al cual debía guiar y alimentar, y trae a su
tierra ...
Jesucristo.
Oficios.- Sólo Él tuvo que crear un gran pueblo, elegido, santo y escogido,
para dirigir, nutrir, y trae a su lugar de descanso y santidad, para hacerlo
santo a Dios, para hacerlo el templo de Dios; para reconciliar a Él, y salvarlo
de la ira de Dios, para liberarlo de la esclavitud del pecado, que visiblemente
reina en el hombre, para dar leyes a este pueblo, y grabar las leyes en su
corazón, para ofrecerse a sí mismo a Dios para ellos, y sacrificarse a sí mismo
por ellos, al ser una víctima sin mancha."
Además de
los Pensamientos filosóficos, teológicos y apologéticos de Pensées, Pascal
también escribió sobre estos temas en otras cartas y escritos:
"Dios
se rodea con gente llena de amor que pide de Él los beneficios del amor que
están en su poder: En consecuencia Él es propiamente el rey del amor."
(Pascal, Discourses on The Condition of the Great)
"Señor,
cuyo espíritu es tan bueno y tan amable en todas las cosas, y que estás tan
misericordioso que no sólo la prosperidad sino la desgracia que le sucede a tu
electo es el efecto de tu misericordia, concédeme el favor de no actuar hacia
mí como a un pagano en la condición en que tu justicia me ha reducido: que al
igual que un verdadero cristiano puedo reconocer ti por mi Padre y mi Dios, en
cualquier condición que puedo encontrarme a mí mismo, ya que el cambio de mi
condición trae ninguna a tu , y como tú eres siempre el mismo, sin embargo,
tema que puede ser la de cambiar." (Prayer, to Ask of God the Proper Use of Sickness; I. p.
370)
A
continuación se cita una traducción parcial de la Carta de Pascal a Madame
Perier y a su marido (17 de octubre 1651), en la que el matemático plasmó su fe
sobre la vida eterna después de la muerte, y su razón de ser:
"Debemos
buscar consuelo de cada uno de nuestros males, no en nosotros mismos, no en los
hombres, y no en nada que sea creado, sino en Dios. . .
Vamos,
pues, a considerar la muerte en la verdad que el Espíritu Santo nos ha
enseñado. . .
Sabemos
que la vida, y la vida de los cristianos, es un sacrificio continuo, que puede
ser concluido solamente por la muerte, sabemos que, como Jesucristo, estando en
el mundo, se consideró y se ofreció a sí mismo a Dios como un sacrificio y una
verdadera víctima; como su nacimiento, su vida, su muerte, su resurrección, su
ascensión, su presencia en la comunión, y su eterno trono a la diestra, son
sólo un único y un solo sacrificio, sabemos que lo que se ha logrado en
Jesucristo debe llevarse a cabo también en todos sus miembros.
Vamos,
pues, a considerar la vida como un sacrificio, y dejemos que los accidentes de
la vida no hagan impresión en la mente de los cristianos, excepto en medida que
estos interrumpen o logran este sacrificio. Sólo llamemos a ese mal lo que
entrega la víctima de Dios a la víctima del diablo, pero llamemos eso un bien
que hace que la víctima del diablo en Adán, víctima de Dios, y por esta regla
examinemos la naturaleza de la muerte.
Por esta
consideración, es necesario recurrir a la persona de Jesucristo, porque todo
los que hay en los hombres es abominable, y como Dios mira a los hombres
solamente mediante el mediador Jesucristo, los hombres también no deberían mirar
ni a los demás ni a sí mismos excepto mediante Jesucristo. Porque si no tomamos
este rumbo, encontraremos en nosotros mismos nada más que auténticas desgracias
o placeres abominables, pero si consideramos todas las cosas en Jesucristo,
encontraremos consuelo pleno, satisfacción plena, y edificación completa.
Vamos,
pues, a considerar la muerte en Jesucristo, y no sin Jesucristo. Sin Jesucristo
es horrible, detestable, el horror de la naturaleza. En Jesucristo, es
totalmente diferente, es benigna, santa, la alegría de los que son fieles. Todo
es dulce en Jesucristo, incluso la muerte, y es por esto que Él sufrió y murió
, para santificar la muerte y el sufrimiento, y en común con Dios y el hombre,
Él ha estado en todo lo que es grandioso, y en todo lo que es vil, con el fin
de santificar en Sí mismo todas las cosas, dejando aparte el pecado, y para ser
el modelo de toda condición. . .
Dios le
levantó de los muertos, y lo envió a Su gloria prefigurado anteriormente por el
fuego del cielo que cayó sobre la víctima para quemar y consumir su cuerpo, y
para hacerlo vivir la vida espiritual de gloria. Esto es lo que Jesucristo ha
obtenido, y lo que se ha logrado a través de su resurrección.
Por lo
tanto, este sacrificio siendo perfeccionado por la muerte de Cristo, y
consumado en su cuerpo por su resurrección, en la que la imagen de la carne de
pecado fue absorta por la gloria, Jesucristo había terminado por completo su
parte, sólo quedaba que el sacrificio fuera aceptado de Dios, que, como el humo
subía y llevaba su aroma al trono de Dios, así Jesucristo fuera, en este estado
de perfecta inmolación, ofrecido, llevado, y aceptado en el trono de Dios
mismo, y esto es lo que que se ha logrado en la ascensión, en la que Él subió a
lo alto y por su propio poder y por el poder de su Espíritu Santo, que le
rodeaba en derredor, fuera exaltado, como el humo de las víctimas, el emblema
de Jesucristo, fue llevado a lo alto por el aire que lo sostenía, la clase del Espíritu Santo, y
los Hechos de los Apóstoles nos indican expresamente que Él fue recibido arriba
en el cielo, con el fin de asegurarnos que este santo sacrificio logrado en la
tierra fue acepto, agradable a Dios, y fue recibido en el seno de Dios, para
brillar en la gloria por los siglos de los siglos. . .
No nos
acongojemos, pues, como los paganos que no tienen esperanza. . . No veamos,
pues, ya más, la muerte como los paganos, sino como cristianos, esto es, con la
esperanza, como San Pablo manda, ya que este es el privilegio especial de los
cristianos. Ya no consideremos, pues, un cadáver como carroña putrefacta porque
la naturaleza engañosa nos figure de este modo, sino como el templo inviolable
y eterno del Espíritu Santo, como la fe enseña. . .
La muerte
es la consumación de la bienaventuranza del alma y el comienzo de la
bienaventuranza del cuerpo. Este es, sin duda, nuestra creencia y la fe que
profesamos, y creo que en esto hay más de lo necesario para ayudarte a tus
consolaciones, por mis pequeños esfuerzos. No debería comprometerme a llevarte
esta ayuda de mí mismo, pero como son sólo repeticiones de lo que he aprendido,
las doy con seguridad, rogando a Dios que bendiga estas semillas, y que les de
crecimiento, ya que sin Él, no podemos hacer nada y sus santísimas palabras no
echan raíces en nosotros, como Él mismo ha dicho. . . [Juan 15:5]
Está bien
que seamos atribulados y consuelos como cristianos, y que el consuelo de la
gracia haya de superar los sentimientos de la naturaleza , para que digamos con
los apóstoles: "Somo atribulados pero no abatidos", para que la
gracia no sólo esté en nosotros, sino [que sea] victoriosa en nosotros, que por
lo tanto, al santificar el nombre de nuestro Padre, Su voluntad se pueda hacer
la nuestra, que Su gracia puede reinar y prevalecer sobre la naturaleza, y que
nuestras aflicciones puedan ser como la sustancia de un sacrificio, que Su
gracia perfecciona y arrasa para la gloria de Dios, y que estos sacrificios
individuales honren y precedan el sacrificio universal en el que toda la
naturaleza debe ser perfeccionado por el poder de Jesucristo. . .
Por
extraño que pueda parecer, creo que debemos considerar a todos los eventos de
la misma manera, y que, por siniestros que nos puedan parecer, debemos esperar
que Dios extraiga de ellos una fuente de alegría para nosotros si solo vamos a
encomendar el rumbo de ellos a Él. . .
El hombre
es ciertamente demasiado débil para juzgar a fondo sobre el resultado de las
cosas futuras. Acerquémonos, pues, esperando en Dios, y no nos cansemos a
nosotros mismos por pronósticos precipitados e indiscretos. Comprometámonos,
pues, a Dios para la dirección de nuestras vidas, y que la pesadumbre no
prevalezca en nosotros.
...vamos a
orar a Dios que su gracia de fortalezca a nuestro Adán, para que Él pueda
permanecer victorioso, y que Jesucristo puede ser el vencedor sobre él, y pueda
reinar eternamente en nosotros. Amen."
Pascal
terminó su peregrinaje en este mundo en 1662, a la edad de 39 años, dejando
atrás todo un legado científico para la humanidad, y apologético para los
creyentes.
Sus
últimas palabras fueron:
"Que Dios nunca me abandone."