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viernes, 29 de marzo de 2024

LAS SIETE PALABRAS



LAS SIETE PALABRAS

Nuestro Señor Jesús expresaba siete palabras (Frases) mientras entregaba su vida en la cruz del Calvario.

Aun en su agonía (Humana), cuando el dolor le consumía, emitió palabras que deben afectar positivamente nuestra manera de vivir, de manera especial a los que nos llamamos CRISTIANOS.

1- LA PALABRA MISERICORDIOSA.

Lucas 23:34 dice: "Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes".

EL PLAN TOTAL DE DIOS CONSISTE EN SU MISERICORDIA. 

Cristo se compadecía de los enfermos y los sanaba, de las gentes hambrientas y les daba de comer.

Pero lo extraordinario es compadecerse del enemigo, de los que nos hacen daño, de los que nos hieren, de los que nos afrentan…EL AMOR DE JESUS…LEGO HASTA ESE PUNTO.

 

2- LA PALABRA ALENTADORA.

Lucas 23:42, 43 dice: "Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

El compañero de martirio, un ladrón a quien la tradición le da el nombre Dimas y en algunas ocasiones le han llamado: "el buen ladrón". (Lo cual no tiene fundamento bíblico).

Sin duda alguna, este ladrón, estaba atento a lo que decía Jesús y seguramente oye de labios de Cristo la palabra Padre, y seguramente eso le hace reflexionar: "Oh si yo pudiera dirigirme a Dios con esa paz y tranquilidad".

 En ese momento comienza a creer en Dios, incluso comienza a reprochar a su compañero en el versículo 40 diciéndole: "¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?". Luego añade en el versículo 41: "Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo".

3- LA PALABRA CUIDADOSA.

Juan 19:26, 27 dice: "Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

Imagínese como madre lo que María estaría sintiendo.

Pero Jesús como hijo humano de una dolorida mujer, se acuerda que él como hijo mayor tenía deberes humanos y los atendió cuidadosamente encomendando a aquella buena y amante madre a su discípulo amado.

Hay que recordar que: María la más favorecida de todas las mujeres fue también la más afligida.

Con esto Jesús nos hace pensar que no debemos dejar de pensar en nuestros padres.

El apóstol Pablo también lo señaló diciendo: "Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa". (Efesios 6:2).

 

4. LA PALABRA PATÉTICA. (Conmovedora, sentimental, triste, dolorosa)

Mateo 27:46 dice: "Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

Ésta es la palabra más misteriosa, más patética de Jesús. ¿Acaso Jesús no dijo en alguna otra ocasión: "Mi padre y yo uno somos" y en otra ocasión "El que me ha visto a mí ha visto al Padre"?

Sin embargo, este privilegio no era posible ejercerlo cuando se hallaba cargado con todos nuestros pecados.

 Jesús ama al pecador pero aborrece el pecado, El no puede consentir el pecado y Jesús siente en ese momento que la presencia divina se aleja y abre su boca y exclama: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Pero no pensemos que esto representa una queja, o una duda,… más bien era una situación interna de no sentirse completo junto a su Padre. (Era su naturaleza humana…el sustituía a usted y a mi).

Esto es una pregunta exclamativa…Jesús sólo quería hacernos reconocer el inmenso sacrificio que él esta haciendo por nosotros para que reaccionemos y podamos decir: "Sí Señor, lo reconozco, fue por mí. Sé que te sentiste temporalmente abandonado por tu Padre para que yo pudiera ser amado para siempre".

Mateo 27:45 dice: "Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena".

Acá vemos que todas las tinieblas del infierno se levantaron en contra de Jesús.

  • Que todo pecado horrendo, cruel y oscuro recayó en Jesús,
  • Todo el pecado del mundo fue puesto sobre él.
  • Fue tal la atrocidad del pecado de todos los seres humanos que el mismo Dios tuvo que alejarse momentáneamente para que toda esa oscuridad y crueldad humana recayera en Jesús.
  • Y quizá con un profundo pesar y dolor exclama: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?".

En otras palabras, sufrió al tope la agonía física y la agonía espiritual y hay que recordar que ahí estaban también nuestros pecados.

 

5. LA PALABRA EXPRESIVA. (Expresiones de la naturaleza humana)

Juan 19:28 dice: "Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed".

La palabra sed refleja que ya casi no quedaba líquido en su cuerpo.

¿Le ha pasado a usted alguna vez que ha sentido profunda sed?

Tomar agua, era la peor necesidad física que sentían todos los crucificados a causa de la pérdida de sangre y la fiebre por las heridas.

Por eso es que algunos verdugos mezclaron vinagre con hiel amarga y pestilente y le quisieron dar para que beba, pero él no lo aceptó.

AUN MAS…En la actualidad Jesús tiene muchos verdugos,  que le siguen dando vinagre y hiel, al no querer aceptar su sacrificio en la cruz del Calvario.

 

6. LA PALABRA GARANTIZADORA.

Juan 19:30 dice: "Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu".

Esto es una clara palabra para alentar y afirmar nuestra fe.

Era la palabra que ponían los griegos en las facturas cuando se pagaban.

Consumado es significa: ya no queda nada más por hacer. También significa DEUDA CANCELADA y aun mas significa GUERRA GANADA.

Garantiza una salvación perfecta a la que nada se puede añadir.

 

7. LA PALABRA REVELADORA.

Lucas 23:46 dice: "Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró".

Fue tan potente esta palabra que la tierra se estremeció.

La tierra, ni siquiera pudo contener a sus muertos. Mateo 27:51-54 relata: "Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, viento y sintiendo el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios".