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domingo, 19 de junio de 2016

HONRANDO A PAPA Y A MAMA

HONRANDO A PAPA Y A MAMA

¿Qué significa honrar padre y madre?

          Efesios 6:1-3: NOS DICE: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra."

          Para los jóvenes es una bendición tener padre y tener madre. Entre los cristianos, hay muchos jóvenes que no tienen alguno de ellos, o a ninguno. Sin embargo, hay consuelo al saber que "el Señor es padre de huérfanos y defensor de viudas en su santa morada", y "Dios hace habitar en familia a los desamparados" (Salmo 68:5-6).

          Si alguien ha llegado a ser cristiano faltándole uno de sus padres o ambos, sepa que en la iglesia va a encontrar socorro, y va a encontrar muchos padres, y muchas madres, y va a encontrar a muchos hermanos.

          El Señor nos manda a que honremos a nuestro padre y nuestra madre.

          Es necesario honrar al papá, es necesario honrar también a la mamá. La promesa es clara: "Para que te vaya bien".

          Si un joven no honra al padre o a la madre, podemos llegar a fracasar. El Señor no lo va a bendecir.

          El hijo que maldice, que deshonra a su padre o a su madre, se expone a que el Señor salga en su defensa. 
Porque Dios es Padre. Dios es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

LOS HIJOS SON LA ALEGRÍA DE LOS PADRES

             Proverbios 17:6: "Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres."  POR ESO, PARA LOS JOVENES…Es una honra que tengamos papá y mamá. Dios nos honra con esto.

          Proverbios 23:22-25: "Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies. 23 Compra la verdad, y no la vendas; La sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. 24 Mucho se alegrará el padre del justo, Y el que engendra sabio se gozará con él. 25 Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te dio a luz."

         "Oye a tu padre". ¡Cuántos han fracasado por no oír a su padre! "Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies". ¡Qué tremendo es todo esto! Desoír al padre, y menospreciar a la madre, o avergonzarse de ambos, es algo que trae maldición, que trae una deshonra muy grande. Pero alégrese tu padre, y alégrese tu madre.

          ¿En qué se va a alegrar tu padre y tu madre, si son creyentes? Respuesta:  Se van a alegrar en que sus hijos sean creyentes?.

           Si tus padres aman al Señor, de lo que más se van a alegrar ellos es que tú también ames al Señor.

          Y si tú sigues los caminos del Señor y permaneces en el Señor y das frutos de Cristo, esto va a producir una gran alegría en sus padres.

          Si los padres de un joven no son creyentes, AUN ASI  ellos podrán Dirán: "Mi hijo siguió el buen camino."

VIVIMOS EN MEDIO DE UNA GENERACIÓN PERDIDA

          2ª Timoteo 3:1 dice: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres...”

          Los postreros días que habla la biblia, son nuestros días. Este es el carácter de nuestro tiempo. Así son los hombres hoy día. Así es nuestra generación: Hombres soberbios, vanidosos, desobedientes a los padres ... Pero nosotros, con el Señor de nuestro lado, con Cristo en el corazón, conociendo la poderosa vida del Señor, nosotros estamos en el mundo hoy para ser luz al mundo.

          Si otros son desobedientes a los padres, nosotros no lo seremos. Nosotros somos creyentes. Si otros menosprecian a su madre y no oyen el consejo de sus padres, nosotros viviremos sujetos a nuestros padres y los honraremos.

LOS JÓVENES CRISTIANOS DE ESTE TIEMPO PODEMOS DECIR:



¡Nosotros somos felices!
¡Nosotros no somos una generación perdida!
¡Nosotros tenemos al Señor en el corazón!
¡Somos una generación que tiene esperanza!
¡Nuestras vidas tienen propósito!
Nosotros no vamos a morir infectados DE SIDA.
Nosotros vamos a vivir en santidad, vamos a esperar la venida del Señor.

Nosotros nos levantaremos con Cristo, y reinaremos con Él.