LA IGLESIA MUERTA.
LA IGLESIA MUERTA
(Apocalipsis 3:1-6) Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias
Lo peor que le puede pasar a una iglesia, es creer que por los logros que se han alcanzado, se sientan realizados.
Cuando esto ocurre, se tiene la idea que todo funciona automáticamente, sin darse cuenta que esto lo está llevando o ya lo ha llevado a la deriva.
Ejemplo de eso fue la iglesia de Sardis, esta iglesia, sin duda alguna había sido prospera, había obtenido muchos logros, etc. Pero todo esto, le hizo caer en exceso de confianza, y de pronto, y sin darse cuenta, creían estar vivos, pero eran una iglesia moribunda.
El Señor Jesús nos invita a que seamos una iglesia, viva, que mantengamos siempre nuestros ojos abiertos trabajando siempre en su Obra...pues las coronas solo las obtienen los victoriosos.
No desmayemos, enfrentemos siempre los desafíos y retos que el devenir ministerial nos exige.
Lo importante es que aun que, enmedio de una iglesia moribunda, siempre hay un remanente que no se ha manchado sus vestiduras, que han permanecido fiel, para ellos esta preparada una corona.
Hay una promesa de nuestro Dios, a que nos esforcemos por ser vencedores, para que nuestro nombre no sea borrado del libro de la vida.