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domingo, 4 de septiembre de 2016

LA MISERICORDIA DE DIOS EN LA ENFERMEDAD

LA MISERICORDIA DE DIOS EN LA ENFERMEDAD

SALMOS 6
Jehová, no me reprendas en tu enojo,
Ni me castigues con tu ira.
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
Porque en la muerte no hay memoria de ti;
En el Seol, ¿quién te alabará?
Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.
Mis ojos están gastados de sufrir;
Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;
Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
Jehová ha oído mi ruego;
Ha recibido Jehová mi oración.
10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos;
Se volverán y serán avergonzados de repente.


INTRODUCCIÓN: ¿Está sufriendo usted?, este mensaje le enseñará a encontrar la solución a su problema,…Dios le garantiza garantiza un  milagro.
Esta es una de las grandes lecciones de la Biblia, enseñada por Dios, por medio de un hombre, que a pesar de sus faltas, siempre halló la manera de agradar a Dios.
ILUSTRACIÓN: Tenemos que aprender a clamar a Dios, veamos lo que le dice David a Dios en el Salmo 5:
Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. 2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré. 3  Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
El rey David, fue un ejemplo de pecador que supo agradar a Dios, a través de su arrepentimiento hacia Dios.
I.                   CUANDO ESTAMOS EN ANGUSTIA
(Digamos a Dios)
Salmo 6:1 “Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira”.
David, uno de los hombres más sabios, siempre recurría a Dios cuando estaba en angustia, porque él sabía que “Dios es un Dios que oye la oración.

Dios conoce nuestras angustias, pero es bueno que se las comuniquemos a El.
II. EN LA ANGUSTIA: ¿Qué es lo primero que tenemos que hacer?
 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. 3  Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?  Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia”.
Tenemos que orar a Dios por nuestra ayuda. Ahora Pero: ¿qué es orar? Es: Suplicar, Implorar, Es rogar.
Cuando estamos en el hoyo más profundo,  en la angustia, en lo más profundo de la enfermedad.
Cuando nuestra fuerza se ha desvanecido, solo nos queda un recurso, y es lo que nos enseña el rey David, y grandes hombres de la Biblia y aún nuestro Señor Jesucristo en sus momentos más difíciles, Él se levantaba muy temprano, y se iba aparte de sus discípulos para hablar con el Padre.
III. DAVID NOS DA UN EJEMPLO DE CÓMO DEBEMOS DE CLAMARLE A DIOS.
Salmos  6:5 “Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará? 6  Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. 7  Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Vs. 1-7. Estos versículos hablan:
a)     el lenguaje de un corazón verdaderamente humillado,
b)     de un espíritu quebrantado y contrito bajo grandes aflicciones.
A David, la enfermedad le trajo a su memoria el pecado y la consideró como señal del desagrado de Dios.
Solamente en el dolor nos volcamos a Dios, y sufrimos una cambio interior que renueva nuestra confianza en Dios.
En el dolor es cuando llegamos a la conclusión que solo Dios es la respuesta a nuestra situación. 
Es en esta situación que se nos abre la mente y el corazón, y es cuando somos capaces de orar de corazón y poder comprender que si es voluntad de Dios.
IV. SOLO EN EL DOLOR, ES ENTONCES CUANDO SOMOS TRANSFORMADOS.
Salmos 6:8-10  “Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.  Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración. 10  Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente”.
Este es el objetivo principal del sufrimiento: llegar a comprender el verdadero propósito de Dios en nuestra vida.
Es aca en donde decimos amar a Jesus, en donde muchos se convierten a Cristo…Y Jesus les recibe.
 Vs. 8-10. ¡Qué cambio súbito hay aquí!
Cuando David clama a Dios…el salmista está confiado en que su dolor se convertirá en gozo.
David sabe que su oración ha sido aceptada y no duda que será contestada a su debido tiempo.
CONCLUSION
Nuestras oraciones serán aceptadas por Dios, cuando en nuestro dolor, y con corazón sincero nos rindamos a Cristo.
Todo creyente puede venir a Dios por medio de la sangre y la justicia de Cristo, y rogarle perdón y limpieza, porque Él es fiel y justo de darlas.
Si usted esta esperando ese milagro  Jesús, por el cual ha esperado tanto…este es el momento para hacerlo, solamente tiene que abrir su corazón y hacerlo y confiar en El.

OREMOS